Me gustaría escribirte una bonita carta, una de esas en las que cada palabra se hace densa y pesa al leerla, o escribir una de esas frases que resuene en tu mente durante todo el día y que ahí siga a la mañana siguiente al despertarte, conmigo, aunque sólo fuera en forma de frase.
Pero no, no me volveré frase en esta carta, seré solo unas palabras, las de siempre, ya lo sabes, que me encantas, que sólo con tenerte cerca me basta, bueno no, porque una vez cerca desearía tus besos, tus manos, tu cuerpo entero, desearía ser parte de tus sueños.
Y ahora debería seguir la carta a ver si en una de éstas me vuelvo frase, pero tampoco, así que diré lo que siento.
Que no puedo recluirte en un rincón de mi mente, la ocupas toda ella, a tu antojo, yendo de aquí para allá, volviéndome loco.
Que te pienso, te recuerdo, te deseo, no me olvido y no quiero olvidarme.
Pero no, no me volveré frase en esta carta, seré solo unas palabras, las de siempre, ya lo sabes, que me encantas, que sólo con tenerte cerca me basta, bueno no, porque una vez cerca desearía tus besos, tus manos, tu cuerpo entero, desearía ser parte de tus sueños.
Y ahora debería seguir la carta a ver si en una de éstas me vuelvo frase, pero tampoco, así que diré lo que siento.
Que no puedo recluirte en un rincón de mi mente, la ocupas toda ella, a tu antojo, yendo de aquí para allá, volviéndome loco.
Que te pienso, te recuerdo, te deseo, no me olvido y no quiero olvidarme.
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